miércoles, 19 de diciembre de 2012

LA OLA


Me parece una película con un gran sentido didáctico. Me sorprende como la clase se involucra de tal manera que en menos de una semana todo gire alrededor de una idea. Con esta idea me doy cuenta que somos personas moldeables, nuestro molde depende de muchos factores, que para mí los principales son: los valores y la sociedad en general.

Centrándonos más en la película vemos que hay diferentes grupos y cada componente del grupo tiene su personalidad. Quiero destacar el personaje de Tim Stoltefuss que demuestra  tener una personalidad débil y se ve como la gente le da de lado. Este niño se sintió cómodo con este proyecto, ya que el grupo era una unidad y todos eran iguales además de tener las mismas ideas. Llego a involucrarse tanto en esa idea hasta el punto de perder la cabeza y llegar a la muerte. El profesor con este proyecto, por cierto muy original, quería demostrar a los alumnos como se puede formar una dictadura, aunque está claro que se le fue de las manos.

Con todo esto hablado anteriormente clasificaría el proyecto realizado por el profesor como un criterio de contenido, es decir, no todos los aprendizajes son educativos. En este caso el profesor ha enseñado y los alumnos han aprendido pero lo que han aprendido no es algo educativo. Aunque está claro que hay que destacar que han aprendido valores que les pueden servir para su vida cotidiana sin llevarlo a los extremos como hemos visto en este caso. Algunos valores son por ejemplo la unidad, conexión, obediencia, autoridad, lealtad, etc.

En definitiva me parece una película muy interesante y muy significativa, lo único que no me ha gustado mucho es el final lo veo un poco exagerado y triste, pero por lo demás genial.    

      

 

 

 

miércoles, 21 de noviembre de 2012

Reflexion sobre Proyecto Roma

Después de leer el artículo de Miguel López Melero, proyecto Roma, me a hecho reflexionar y darme cuenta de muchas cosas que jamás me había parado a pensar.
Nuestra educación todavía tiene ciertas lagunas que hay que solucionar, por ejemplo: Estoy totalmente de acuerdo con Miguel cuando dice que la educación es un proceso de humanización. Esto es una de las cosas de las que deberíamos tomar nota porque en las clases sólo te enseñan una materia ( Matemáticas, lengua, biología, etc.) no unos valores o a convivir todos juntos sin diferencias.

En los centros educativos de hoy en día, creo que en la mayoría, tienen la costumbre de separar a los niños “diferentes”, a diferentes me refiero a personas con síndrome de Down, minusvalía o con retraso, de su clase y los reúnen a todos esos niños en una misma clase, discriminándolos y quitándoles el derecho a poder aprender a convivir y aceptar. Cuando se les debería tratar igual que a los demás compañeros, dándole las mismas oportunidades.

El problema también esta en que a estos niños y niñas desde pequeñitos sus padres o la gente de su entorno no han creído en ellos y esto hace que el niño o la niña que tenga esta “diferencia” biológica tampoco crea en si mismo.

La mayoría de estos niños salen de la escuela sin saber leer ni escribir, quizás el problema sea que no le prestan el tiempo necesario y dan a estos niños por un caso perdido.

Tengo que destacar el caso de Pablo. Conforme lo iba leyendo más me asombraba. Admiro su empeño y fuerza de voluntad y como le echa cara a la vida sin complejos ninguno, y demostrando a todo el mundo que él es igual que los demás. Y siendo un claro modelo para esa gente que piensa que todo esta perdido.

Por ultimo quiero hacer referencia ha dividir la clase en cuatro zonas: La zona de pensar, la zona de comunicar, la zona del amor y la zona de movimiento.

Me gusta bastante la idea de plantear un problema y que los niños y niñas en un grupo con mucha variedad de etnias, sexo, culturas, etc. Lo hablen e intenten buscarle una solución a ese problema, y que el profesor les sirva de orientador. Y así romper con los esquemas tradicionales de la educación, que en este caso es el profesor el que imparte la clase y los alumnos son sólo receptores pasivos. Porque los niños y niñas que se les imparte la educación tradicional sólo compiten con los demás por ver quien obtiene una calificación mejor, y esto debería desaparecer.

Espero que dentro de un futuro no muy lejanos podamos todos juntos conseguir tener una educación sin discriminaciones, que nos enseñen valores, a respetar y convivir. Con el apoyo de familiares, profesorado y compañeros lo conseguiremos.

martes, 30 de octubre de 2012

¿ Qué escuela queremos para la sociedad en la que vivimos?



 

 
Leyéndome los artículos me he concienciado de que deberíamos cambiar ciertas cosas de nuestra educación para que esta nos fuese aunque sea un poco mejor. Por ejemplo actualmente el maestro o profesor se encarga de llegar a clase y soltar su lección, quien se haya enterado pues bien y quien no pues lo lleva mal. Eso debería cambiarse, tendría que haber mas participación por parte del alumnado y por supuesto que sus participaciones y comentarios se tuvieran en cuenta.

Una de las cosas que veo muy interesante en la escuela de Finlandia es que no se separan a los niños por su capacidad para aprender. En este país solemos separar a los niños dependiendo si son mas “rápidos” a la hora de aprender o más “lentos”. Creo que esto debería desaparecer porque por ejemplo una persona que le cueste más aprender ciertas cosas no debería excluirse sino motivarla, darle apoyo y hacer que se sienta cómoda con esa materia. Por otro lado hay que destacar que no a todo el mundo se le da todo bien, dependiendo de lo que nos guste una cosa se nos dará bien o mal. Y creo que eso en gran parte es problema del profesor. Si un profesor da su asignatura de una forma fácil, entretenida, participativa, etc. habrá más posibilidades de que se nos de mejor esa materia que cualquier otra que nos resulte aburrida.

Otra cosa que tengo que destacar son las clases con un número reducido de alumnos, esto permite que en una clase puedan participar todos, conocerse todos mejor y para cualquier practica o trabajo sea más cómodo y llevadero.

Hay que apoyar las clases fuera del aula, pienso que se aprende más en cualquier excursión a una exposición, museo , teatros, conferencias… Aprender por nuestra experiencia puedo decir personalmente que es algo genial. Dejarnos de tanto papeleo que no nos lleva a ningún lado y luchar por una educación más creativa y divertida, y verdaderamente disfrutar aprendiendo que es algo que es raro de escuchar en el alumnado.

Esto son algunas de las cosas que en mi opinión se deberían cambiar para que en un futuro no muy lejano lleguemos a tener un buen aprendizaje en la escuela.


martes, 16 de octubre de 2012

Autobiografía.

Comencé este largo recorrido con cuatro años en preescolar. La verdad que no tengo muchos recuerdos de esa etapa , de lo único que me acuerdo es de mi profesora que se llamaba María y de conocer a los que hoy en día son mis grandes amigos.

Con seis años empecé primaria. Tenía a casi todos mis compañeros de preescolar excepto algunos que eran nuevos. Mi profesora Mª Teresa la recuerdo muy bien porque me dio clases cuatro años seguidos. Era una buenísima profesora amable y cariñosa, aunque le gustaba bastante mandar deberes. Nunca tuve problemas con ella, bueno ni con ningún otro profesor, porque no era nada traviesa y siempre he sido muy tímida.

Con ella aprendí lo esencial en esos cursos como leer, escribir etc.. Nos enseñaba a respetar a los demás y a convivir en un entorno.

En quinto y sexto de primaria me cambiaron de profesor, se llamaba Salvador y era una persona con muy poco paciencia, ya que cada vez que mis compañeros hacían alguna travesura típica de la edad él gritaba sin control y lo pagaba casi siempre con todos los demás. A parte de eso era un gran profesor porque ponía mucho interés en que todos nos enterásemos de lo que él estaba explicando y nos resolvía cualquier duda que no entendiésemos.

Cuando entré en el instituto (Ben Al Jatib) en primero de la ESO empezó a irme regular en el primer trimestre empezaron a quedarme asignaturas. Mi problema es que soy una persona muy tímida y a la que le cuesta mucho adaptarse a los cambios, y me vi envuelta entre tanta gente, profesores nuevos y un lugar al que no conocía. Sin embargo cuando pasó un cierto tiempo me acostumbré a todo y volví a ser yo misma.

Desde el segundo trimestre de primero de la ESO hasta tercero de la ESO me fue genial, mis notas eran muy buenas, tenía muchos amigos y quitando a dos o tres, los profesores eran magníficos.

Tengo que destacar a algunos profesores, en primer lugar mi profesor de matemáticas. Dicho profesor era una persona alta, joven y también bastante atractiva, tenia una fachada de hombre duro, pero yo se que en el fondo lo hacía para que no le tomasen el pelo. Explicaba la materia tan bien que te parecía un juego. Gracias a él me encantan las matemáticas y se me dan bien, algo raro en un niño.

En segundo lugar, mi profesor de literatura era una persona muy chistosa, extrovertida y bastante cómica, nos contaba las historias como una vivencia cotidiana y la vivía como si fuese suya. Nos llevó a bastantes teatros y recitales de poesía. Él daba la materia distinta a los demás profesores, nos sacaba de las cuatro paredes del aula para que aprendiéramos por nuestra propia experiencia y no solo por los libros.

En cuarto de la ESO fue mi punto declive. Me cambiaron de clase con la escusa de que era una buenísima alumna y tenía que estar en una clase acorde para sacar todo mi potencial. Como ya he mencionado anteriormente, soy una niña tímida y a la que le cuestan los cambios, pero que me acababa acostumbrando. En este caso no fue así, en todo ese año no conseguí adaptarme a la clase. Eran niños que para ellos no había amigos, era todo competitividad entre ellos para ver quien sacaba mejores notas. Me sentí como un bicho raro al que todos miraban con cara de pena por no ser como ellos, y siendo una persona bastante débil e influenciable lo pase bastante mal, y aparte que en ese momentos tenía serios problemas personales. Mis notas bajaron muchísimo y yo ya no era la de antes. No me sentía apoyada por ningún profesor de los que en ese momento me daban clases, por suerte tenía grandes amigos y a los que considero buenos profesores que sí estuvieron ahí cuando más lo necesité. Esos sí que son profesores no solo los que te enseñan bien su materia, si no los que te inculcan algo moral y ético.

Bachiller, dentro de lo que cabe, me empezó a ir bien de nuevo, y además me volvieron a cambiar a la clase donde estaban mis compañeros de siempre, aunque nunca volví a recuperar la confianza en mi misma y eso afectó un poco a mis notas.

No me considero una niña lista ni mucho menos que saque buenas notas, pero si que soy trabajadora, con mucha fuerza de voluntad y muchas ganas de aprender.

Hay muchas cosas más que puedo destacar en mi experiencia formativa pero si las cuento todas podría hacer hasta un libro. Aquí os dejo plasmada alguna de las que mejor recuerdo y así quien lo lea me conocerá un poco mejor.